lunes, 27 de febrero de 2012

Cenizas en el Cielo Nocturno - Hijas de la Luna - Parte VIII



Anocheció, y la cuadrilla se despertó, y una de ellos, Ingrid, no se había alegrado nunca tanto por despertar, pues una horrible pesadilla la estubo rondando durante todas sus horas de descanso, una horrible pesadilla donde una chica albina, marcada con una luna en la frente, la acechaba, la tentaba para que se uniera a ella, intentaba rodearla con sus garras y atraerla hacia sí, pero consiguió despertar, y se sintió aliviada al ver que se encontraba en el piso de sus compañeros, y que esta noche, posiblemente, se libraría de todo aquello.
Tras las últimas precauciones y tras reunirse con Helga, partieron hacia la zona de Reinickendorf, escogieron conducir hasta la estación de metro y a partir de allí coger el metro hacia su destino, evitando dejar rastro de su paso por allí. Caminron buscando la iglesia, y al llegar allí, encontraron una, pero no era como la esperaban.


El edificio estaba cochambroso, casi derrumbado por completo, las paredes que quedaban en pie estaban teñidas de algo negruzco, parecían los restos de un incendio, apenas quedaba algo depie más que el altar donde se celebraba la ceremonia y varias paredes del recinto. La cuadrilla se adentró y comenzaron a buscar pensando que no podían haberles engañado, que tenía que ser allí, y efectívamente encontraron algo que llamó su atención; desde debajo del altar parecía salir una leve corriente, por lo que apartaron la estructura y encontraron una trampilla bajo ésta, la cual levantaron. Se fueron adentrando poco a poco y bajaron por unas escaleras siguiento un cantico estraño que provenía desde el fondo, junto con un fuerte olor a mezcla de incienso y otros almizcles y una tenue luz, hasta que se encontraron con una enorme puerta de hierro y madera.
Atravesaron la puerta y lo que vieron les sorprendió, un grupo de mujeres, todas ataviadas únicamente con una capa negra que dejaba entrever sus atributos, cuya capucha cubría su rostro, entonando un cántico siniestro hacia un pequeño altar, donde se situaba ella; la chica de las pesadillas, una chica albina, con el pelo largo hasta la cintura, totalmente desnuda y con una daga en su mano izquierda, y lo más llamativo de ella, una luna en su frente.


Al ver al grupo entrar, detubo la ceremonia y comenzó a dar ordenes a las mujeres que se lanzaon contra los recien llegados, sin darle tiempo nisiquiera a hablar. Un rapido vistazo, y tras quitarse a unas cuantas de encima,la cuadrilla descubrió que eran humanas, los que le hizo intentar actuar ocasionando el menor daño posible a algunos, mientras que a otros este hecho les resultó indiferente. El combate se conviertió poco a poco en una masacre ya que estaba clara la superioridad del equipo, aunque al haber tantos objetivos, hubo un incidente de fuego amigo, en el que Siegfried terminó disparando a Helga en una pierna, en contra de su voluntad. Fueron avanzando poco a poco hasta llegar a su lider, y se encararon con ella iniciando una lucha sobrenatural;  descubrieron que no era humana, y lo hicieron cuando sus huesos comenzaron a crecer de entre sus dedos conviertiendose en feroces garras con las que arremetió contra el grupo, la lucha fue encarnizada, pero, entre todos consiguieron clavarle una estaca en el pecho y aletargarla, momento en el que aprovecharon para atarla y sacarla de allí.


Al salir del sótano de la iglesia, se percataron de que faltaba poco para el amanecer, y Helga les anunció para consuelo del grupo, que su Sire tenía cerca un refugio que podían utilizar para cobijarse hasta la noche siguiente. El grupo accedió y entraron en un edificio, dirigiendose al  sótano bajaron por un largo camino de escaleras hasta llegar a una puerta metálica enorme que les cerraba el paso, más que un refugio parecía realmente un bunquer, Helga se adelantó y abrió la puerta dejando paso al resto.
La habitación olia a humedad, las paredes eran de metal y tenían un aspecto cobrizo y descuidado, lo único que se encontraba en ella eran varias estanterias, con restos de lo que parecía material de enfermería y una camilla oxidada, donde dejaron a la hermosa albina. No fueron pocas las tentaciones de algunos de los miembros de la cuadrilla sobre ella, pero fueron interrumpidas al escuchar, nuevamente, el quejido de la puerta al abrirse…

2 comentarios:

  1. El que se la queria zumbar en la camilla era Lobo!

    Olvidaste el recadito que le dejo Auron a Sigfried en la almohada ha ha ha xD

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  2. si cierto, no recuerdo en q momento exacto fue, ademas he olvidado un monton de cosas mas .__. me hago vieja xDD

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